Lola y Sami Sheen son como el agua y el aceite. Ambas crecieron marcadas por la fama de su padre, Charlie Sheen, conocido tanto por su carrera en el cine como por sus escándalos relacionados con las drogas, el alcohol y múltiples ingresos a rehabilitación. Con tal ejemplo, era de esperarse que algo se les contagiara, y así ocurrió, o casi: a los 18 años, su segunda hija, Sami, fruto de la relación entre Sheen y la actriz Denise Richards, se unió a OnlyFans publicando contenido censurado para adulto. Sin embargo, su hija menor, Lola Rose Sheen, eligió un camino completamente diferente: una vida dedicada a la religión y lejos de las cámaras. Estas son sus historias.
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¿Qué pasó con las hijas de Charlie Sheen? Lola y Sami Sheen
Tres nombres marcan la vida de Charlie Sheen: Cassandra Jade Estevez, fruto de su primer matrimonio, y Sammy y Lola, hijas de su relación con Denise Richards. Por ser parte de una pareja mediática y cargar con las polémicas de su padre en los 2000 y 2010, Sammy y Lola crecieron expuestas ante la prensa y tabloides amarillistas desde muy jóvenes. La situación terminó por marcar sus vidas, algo que, con el tiempo, terminaría complicando su relación con Sheen.
Sami Sheen
Cuando cumplió 18 años, Sami Sheen decidió incursionar en la plataforma para adultos OnlyFans con un enfoque propio: ser sexy y provocativa, pero siempre censurando sus pechos y partes íntimas. “No soy una estrella porno. No me filmo teniendo sexo. No hago eso, pero tampoco juzgo a las personas que lo hacen”, explicó en un video de TikTok. Y vaya que le funcionó.
Aunque su competencia muestra mucho más, miles de fans están dispuestos a pagar 20 dólares por su suscripción mensual para calentarse con su contenido pícaro, y no faltan razones. La rubia heredó la belleza de su madre, quien fue conejita Playboy en su juventud, y el cinismo de su padre Charlie, quien en 2022 desaprobó públicamente la decisión: “No lo apruebo, pero como no puedo evitarlo, la insté a que mantuviera la clase, fuera creativa y no sacrificara su integridad”, señaló el actor. Por supuesto, estas declaraciones complicaron aún más la relación con su hija.
Con el tiempo, Charlie y Denise parecieron cambiar de perspectiva. Y no es para menos: cuando Sheen se enteró de que Sami ganaba alrededor de $80,000 mensuales por su contenido, tuvo que replantearse las cosas. Con ese dinero, la joven se compró un Mercedes y una casa nueva en Estados Unidos. Según Denise, en un podcast, ese fue el momento en que Charlie finalmente reconoció que quizá se había equivocado.
A pesar de todo, la relación con su padre sigue siendo un tema complicado. Pero Sami Sheen no se detiene. Hace poco se sometió a una cirugía de aumento de pecho para potenciar su imagen y seguir sacándole jugo a su cuenta de OF.
Denise Richards
En cuanto a Denise Richards, el apoyo incondicional que le dio a Sammy Sheen derivó en el lanzamiento de su propia cuenta en Only Fans a los 52 años, atreviéndose incluso a mostrar más que su hija. “Enseño mis pechos y mi vagina, y eso ya está por ahí si lo buscas en Google. A veces tienes que ir un poco más allá, aunque sea por una vez”, comentó en una entrevista.
Para Denise, este no es un territorio desconocido. Como conejita Playboy, protagonizó numerosas portadas y videos luciendo poca ropa, consolidando una imagen icónica que ahora ha sabido reinventar en la era digital.
Lola Rose Sheen
Y así llegamos a Lola Rose Sheen, la hija más reservada (o quizás la más sensata) de la familia. Actualmente tiene 19 años, se graduó de preparatoria y comenzó sus estudios universitarios. Lo poco que se sabe de ella proviene de lo que sus padres han compartido públicamente y de los pequeños datos de su vida que permite ver a través de su perfil en Instagram. Aun así, algo queda claro: mantiene una buena relación con sus polémicos papás.
El rastro que Lola deja en Internet también revela aspectos que contrastan con su entorno familiar. Es profundamente devota a su fe cristiana, compartiendo regularmente pasajes bíblicos en redes sociales. Además, algunos rumores apuntan a que lleva una vida completamente normal, trabajando en una cafetería como cualquier joven de su edad.
La prensa, hasta ahora, no ha publicado escándalos sobre ella, y todo indica que Lola planea mantener esa serenidad por mucho tiempo. Una vida tranquila y lejos del caos parece ser su elección.
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